Cumpleaños
Practica LENGUAJE PARA FIESTAS con esta historia de una celebración. Historia NIVEL C1.
- Uriel Benitez
- STORY C1
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Difficulty: Advanced C1
Era el día de mi cumpleaños y obvio teníamos que salir a festejarlo. Había un pequeño mercadillo dónde vendían todo tipo de comida y unos amigos aparecieron con un chile pequeñito aparentemente de lo más inofensivo, me dijeron, prueba que está muy rico y no pica.
Todavía me acuerdo del picor del dichoso chilito, echaba fuego por la boca y me puse más rojo que un tomate, pero de verdad era diminuto y me enchilé como jamás en la vida.
Después fuimos a comprar un pastel para poder festejar bien mis 23 primaveras y al llegar a la casa mi hermano, quien traía el pastel, se tropezó y lo tiró, totalmente echó a perder mi festejo de cumpleaños, ese día terminamos comprando en la tiendita unos pingüinos. Como anécdota, me queda que lo importante, no es el que, si no con quien disfrutas las pequeñas cosas que te regala la vida.
Difficulty: Advanced C2
Ah, carnal, ¡qué día el de mi cumpleaños! Obviamente teníamos que echar la casa por la ventana, ¿no? Pues el pedo fue que le caímos a un tianguis bien curado donde vendían de todo, desde garnachas hasta quesadillas, y ahí, unos cuates sacaron un chilito que parecía bien tranqui, de esos que ni te asustan. Y me dije: “Órale, pruébalo, está chido y no pica nada”.
Y yo, pues, de inocente lo mordí. ¡Chale!, Todavía siento el ardor de ese desgraciado chile. Estaba escupiendo lumbre y me puse más colorado que un jitomate en su punto, pero pues es que, neta, el chilito era una miniatura pero picaba como diablo.
Ya después, seguimos la movida y fuimos por un pastelón para seguir el cotorreo por mis 23 abriles. Pero cuando llegamos a la casa, mi carnal, que traía el pastel, se hizo bolas, tropezó y ¡pum!, Ahí quedó el pastel, todo esparcido en el suelo, un desmadre total. Y pues mi cumple se fue al carajo!. Al final, acabamos en la tiendita, comprando unos pingüinos para no quedarnos con el antojo.
Pero, ya sabes, la moraleja de todo esto es que lo chido no es qué te toca, sino con quién te la pasas, disfrutando de esas pequeñas cosas chingonas de la vida, ¿me entiendes?
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