Hace poco fui a un bosque en Francia con unos amigos locales. Estuvo súper chido probar su comida típica, como queso y pan recién hecho mientras caminábamos entre los árboles.

El paisaje era increíble, pero me costó un poco entender las indicaciones porque estaban en francés.

Si hubiera hablado francés, todo habría sido más fácil.

Qué onda con sus horarios, son rarísimos porque la mayoría de las actividades terminan temprano.

A pesar de eso, disfruté mucho la experiencia y espero volver algún día para explorar más y aprender el idioma.