Un día en la feria, un hombre me pidió ayuda para cargar varias bolsas de ingredientes. Me dijo que estaba preparando mole para una celebración familiar. Qué rico está el mole que prepararon, pensé cuando lo probé más tarde.

Mientras lo ayudaba, me contó que su receta era de su abuela y que tenía mucha historia. Si supiera cocinar mejor, intentaría hacerlo yo mismo porque me encanta la gastronomía mexicana.

Es increíble que esta comida tenga tanta tradición. Ayudarlo no solo fue una buena acción, sino también una oportunidad para aprender sobre una de nuestras costumbres más especiales.