Nunca imaginé que cambiar de ciudad sería tan difícil. La nueva casa en la que vivo tiene su encanto, pero todos dicen que está embrujada. Al principio me reía, pero algunas noches escucho ruidos extraños.

Si no hubiera tomado esta decisión, seguiría estancado en la rutina de mi antigua ciudad. Aunque extraño mi vida anterior, ahora veo todo con otros ojos. Cambiar de lugar no solo implica adaptarse al espacio, sino también a las historias y leyendas que trae consigo.

La verdad, creo que crecer siempre tiene un toque de misterio, como esta casa, que me enseña a enfrentar lo desconocido.