Pedro: No tienes idea de lo que pasó en la chamba hoy, fue de película. Estaba con el cuate Lalo, y él ya estaba hasta la madre del jefe, quien es conocido por chingar todo el tiempo. Creo que todos en la oficina estábamos con el Jesús en la boca, esperando que Lalo explotara cualquier día. Y así fue, de manera repentina, Lalo decidió que ya era suficiente.

Lalo se para, se planta frente al jefe y le suelta un chorro de quejas. Te juro, parecía escena de telenovela. Yo estaba escondido detrás de mi cubículo, con la cabeza inclinada para seguir en el chisme. La neta esperaba que el jefe se pusiera como una fiera y mandara a volar a Lalo.

Pero no, lo que pasó después fue lo más chido de todo. El jefe se quedó todo pasmado. Lo último que esperaba era que Lalo lo pusiera en su lugar. Y aún más increíble, el jefe no solo no lo corrió, sino que le pidió disculpas a Lalo y prometió mejorar su actitud. ¡Hasta parecía que habíamos visto un milagro!

No sé cómo le hizo Lalo, pero de verdad que me quitó el sombrero. Yo siempre supe que Lalo era un tipazo y me alegro de que el jefe finalmente se pusiera las pilas cono ese Güey y se diera cuenta de lo valioso que es Lalo para el equipo.